Con el feed lleno de publicaciones del antes y después en Facebook, no pude evitar ver mis fotos de hace 10 años y, con ello, el recuerdo del cómo era mi vida entonces y lo mucho que ha cambiado.
Hay tanto que me preocupaba entonces, que ni imaginaba en mi vida y que ha llegado a acontecer. A menudo uno reza y pide a Dios por las cosas que se quieren, por soluciones, por favores. Sin embargo, cuando se obtienen, es frecuente olvidar dar las gracias (o medio darlas) y ocupar el corazón en más favores, más deseos, en más preocupaciones.
Así que hago una pausa para recapitular algunas de las peticiones que de forma tan solicita y generosa han sido respondidas por Dios en estos últimos diez años.
- Le pedí amar bien, y me puso enfrente a un esposo bueno que me ama y a quien amo. Fue conocernos, tener un noviazgo a distancia, planteanos la existencia juntos y optar uno por el otro. De esto, ahora en febrero, diez años que comenzó.
- Juntos le pedimos ayuda para nuestra boda y todo lo concedió. (En budget y todo)
- Le he pedido porque mi familia esté bien, y entre las muchas bendiciones estuvo ese periodo de incertudumbre en el que mi mamá dio negativo al cáncer.
- Le he pedido que me permita volver bien a casa cada vez que salimos, y sin importar que hayamos ido al trabajo o de viaje, siempre hemos y vuelto con bien.
- Hemos encomendado los negocios y a quienes trabajan con nosotros, y ha habido un crecimiento y aprendizaje constantes.
- Pedí trabajo y nunca me ha faltado.
- Pedí ayuda para crecer y vencer hábitos negativos, encontré las herramientas para hacerlo.
- Nos encomendamos diariamente para no chocar ni que nos choquen, no atropellar y que no nos atropellen… y en el salvaje tráfico diario, nos hemos librado de estos peligros.
- Nuestra paz ha sido acosada por deudas y por el SAT, y todo se ha resuelto de forma gradual.
- Hemos encomendado nuestros projectos que han sido exitosos (o no tanto), pero en todos ha estado la paz de sabernos acompañados.
- Rogamos por nuestro matrimonio, y en estos 4 años los cimientos de nuestra vida en común se han ido afianzado y sabemos la importancia del trabajo diario.
- …
Todo cuanto he querido y pedido con empeño, Dios ha concedido o a utilizado para formarme. Me veo a mi misma hace diez años y quisiera haber sabido un montón de cosas que sé ahora, pero cuya obtensión ha sido a través de la vivencia de esos años. Lo que me da serenidad frente a un futuro que siempre me pone algo nerviosa. ¿Cuánto tardaré en obtener/en lograr/en estar/en poder…? Todo en mi vida evidencía que mis oraciones tendrán fruto eventualmente.